27 de septiembre de 2007

¡Albricias!

¡El Dr. House ha vuelto, mi vida es plena otra vez!


No, ella no es el Dr. House. Pero merece más una foto en este blog, a pesar del respeto que me inspira su amargado patrón.

Aclaración:
Es que ya se estrenó en Estados Unidos la cuarta temporada y pues bajé el torrent y así...
Si no sabes usar los torrents, es buen momento para aprender. Es eso o esperar meses a que lo saquen en la tele de aquí; adelántate al resto de los mortales y sé feliz.
Está genial el episodio, sobre todo lo de la guitarra. Vamos, baja el capítulo y comenta algo sobre la guitarra.

De paso

Rodeada por la glorieta de Insurgentes hay una plaza pública venida a menos, uno de esos lugares de paso que no capta la atención de nadie. Casi ninguno de los que la atraviesa todos los días, movido por la prisa cotidiana de quien llega tarde a todos lados, se detiene, y aún los que se quedan tienen ocupaciones que los mantienen lejos de ella.

Quizá todas las noches en la Plaza del Metro sean como aquélla, quizá todas las horas nocturnas sean como la que transcurrió ese día entre las ocho y las nueve. Liberados de las responsabilidades de ese día, los visitantes caminaban despacio, salpicados a veces por la luz roja y azul de la patrulla que se estacionó junto a un monumento en memoria del vigilante nocturno de otros tiempos, el Sereno.

Casi todos los transeúntes parecían seguir, como si fueran vagones, un rumbo predeterminado, unas vías invisibles que no les permitieran cambiar de destino. Expulsados con violencia por las tibias entrañas del Metrobús, se dirigían sin desviaciones innecesarias a la estación Insurgentes del Metro. No es posible adivinar el resto de su trayecto, pero es seguro que llegaron a alguna parte, como siempre lo han hecho y lo harán. Barranca del Muerto, sin escalas.

En el suelo había restos de la breve lluvia que cayó una hora antes. En algunos charcos se reflejaban los anuncios publicitarios que rodean a la glorieta, colgados de las fachadas de las casas de la colonia Roma, o instalados en las azoteas de los edificios de la Zona Rosa. Destellos blancos y rojos de un luminoso anuncio de Coca-Cola pasaban de un edificio de la colonia Condesa al agua, donde eran interrumpidos por el ocasional pie que se hundía en el agua, seguido de la imprecación correspondiente.

Entre la penumbra se distinguían aquellos que sí se quedaron en la plaza, mal iluminados por la luz blancuzca y triste de las lámparas callejeras colocadas para que no haya crímenes en la sombra. Estaban sentados, todos besando de vez en cuando a alguien que no en todos los casos era del sexo opuesto, con una tierna pasión que los transportaba a otro lado, lejos del Metro y del continuo rumor mecánico de los automóviles que transitaban por la glorieta; tal vez a alguna parte donde las nubes no reflejen el resplandor amarillo de la ciudad y haya más de una estrella en el cielo.

Quienes no gozaban del amor ni esperaban con ansia a alguien para empezar a hacerlo, se detenían a examinar los productos que se ofrecen en todas las salidas de la plazuela. En la que da a Liverpool y Génova, vendedores malencarados ofrecían ropa con frases y colores vistosos, lencería vulgar pero sugestiva, perfumes casi auténticos, reproductores portátiles de música y discos baratísimos para no salir sin el paquete completo.

Un puesto de películas, de a una por 20, ofrecía todo el espectro del cine contemporáneo, ordenado según su clasificación y género, de izquierda a derecha: Pocahontas, Belleza americana, La espía que me amó, Britney Spears en vivo y XXX Mamadoras insaciables.

El anuncio de Coca-Cola fue apagado mientras compradores más introspectivos examinaban las librerías que eran, además de las farmacias y los comedores, los únicos negocios inmóviles que quedaban abiertos. La Librería Universo vende títulos de Oscar Wilde, por ejemplo, pero para aquellos más prácticos tiene la Guía para invertir: en qué invierten los ricos, ¡a diferencia de las clases pobre y media! O más directo: Piense y hágase rico.

Si alguien compró un ejemplar del Corpus hermeticum de Hermes Trimegisto o la Guía del Iniciado para crear la realidad, una introducción a Ramtha y sus enseñanzas debió fijar su atención en el edificio del Metro Insurgentes. Para Los Iniciados es evidente la mezcla de lo prehispánico y lo extraterrestre en ese armatoste con forma de nave espacial malograda. Las estelas con guerreros españoles y símbolos mayas que están grabadas en sus entradas están ahí sólo para despistar y ser manchadas con graffiti.

Hay en la explanada estatuas y placas que fueron dejadas a la merced del óxido y el tiempo por aquellos políticos que llenaron la ciudad de artefactos irrelevantes. Frente a la del Sereno, que después de media hora ya no era escoltado por los oficiales, hay una plataforma sin efigie donde alguien plantó un árbol, casi muerto, que funge como monumento involuntario al concreto.

Tan desgastados, integrados al paisaje e invisibles como los monumentos, los trabajadores de limpia se desplazaban con celeridad para recoger la basura que los caminantes dejaban caer al suelo con disimulo.

Encaramados sobre un edificio, un par de jóvenes miraban desde el interior de un anuncio espectacular hacia otra parte, quizá las luces de la Torre Mayor. Estaban impresos sobre un cielo azul con alegres nubes blancas, que contrastaba con el negro brillante de la noche. Sonreían, arriba de la Plaza del Metro y viendo más allá de ella, como los enamorados que, abajo, los imitan sin saberlo, y como todos los que estando en ese lugar, pasean en otra parte.


Eran otros tiempos, cuando escribí esta crónica. Mientras vuelve mi tiempo libre seguiré rescatando mis tareas de otras épocas, en que el mundo era aún joven y yo abusaba de los adjetivos y las referencias herméticas (es que estaba leyendo El péndulo de Foucault, no pude evitarlo). El final me sigue gustando, es que si hubieras estado ahí....

20 de septiembre de 2007

La lección del día

Supongamos que abres el refri y uno de los huevos está roto, pero de todos modos decides echarlo al aceite hirviendo que está sobre el sartén.
Luego piensas que a lo mejor sí está descompuesto y acercas el sarten con el huevo y el aceite saltarín a tu cara, para olerlo.
...
Al menos cierra los ojos.

19 de septiembre de 2007

¿Tú dónde diste el grito?

He estado haciendo unos lindos artículos, cada martes y jueves, para una infame clase de 7:00. Aprovecho esta tribuna para proponer que en la Declaración Universal de Derechos Humanos (o como se llame) se incluya un artículo que diga:
"Toda actividad escolar, deportiva, laboral o en general que implique esfuerzo físico o mental, será realizada después de las nueve de la mañana. Cualquiera que atente contra este derecho fundamental será desollado con cortauñas."
Pero bueno, como a veces me quedan suficientemente presentables esos textos, voy a subirlos de vez en cuando.
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Desde que Porfirio Díaz lo celebró por primera vez en Palacio Nacional, el grito de independencia ha funcionado como ritual de legitimación del Presidente en turno. Díaz Mori, autoproclamado descendiente moral del hombre a quien tanto combatió en vida (el siempre chistosamente peinado Benito Juárez), fue tan buen escenógrafo del poder que todos los gobernantes que vinieron después han sido aplicados alumnos suyos.

Del otro lado de la conmemoración están quienes van nomás por la fiesta. Quizá la necesidad de juntarse cada año a gritar con el líder sea algo enterrado en el fondo de nuestra psique desde antes de que dejáramos de ofrecer corazones al sol; o no sea más que la forma en que la mexicanidad se recrea cada año, desde Tijuana hasta Tapachula, entre personas que bien podrían ser de distintos países. Como símbolo, el acto que se realiza cada noche de 15 de septiembre sirve para promover la idea de México, de que todos estamos viviendo bajo la misma bandera. Se necesita recordar de vez en cuando a los mexicanos que son parte de algo más grande, por eso se festeja no sólo en todos los zócalos de la nación sino también en todas las clases de bares, restaurantes y tugurios diversos: la noche del 15 se puede cenar por 10 pesos frente a la Catedral Metropolitana o por más de 1,000 en la Hacienda de los Morales.

Por un instante anómalo las gargantas de quienes en todo momento son diferentes o incluso adversarios, profieren al unísono las mismas exclamaciones y se reconocen como descendientes de una historia maravillosa, hecha de inmaculados héroes de leyenda y pirámides desde las que cada ciclo cósmico se recrea el universo.

En el ámbito político no hay tanta armonía, porque cada gobernante tiene un santo diferente. No es lo mismo decir ¡Viva Juárez! que ¡Viva Morelos! y hasta ahora nadie ha gritado Viva Iturbide, aunque él haya sido el negociador de la Independencia. Con cinismo moderno diríamos que la concertasesionó para conservar los privilegios de sus cuates y proclamarse emperador (inaugurando otra entretenida costumbre de nuestras máximas autoridades: la infinita modestia) pero para efectos simbólicos, todo argumento histórico es inútil y hasta molesto. Nos distrae del festejo y la exaltación, no se puede decir que Viva México Cabrones si se recuerda que si los gringos no se quedaron con el Istmo de Tehuantepec que les regaló Juárez es por nuestra pura buena suerte o que las huestes de Hidalgo realizaron una masacre en Guanajuato como para hacer sonrojar a Atila.

Ahora hasta el zócalo es negociado, todos quieren gritar que son los buenos, los morales, los legítimos como Juárez e Hidalgo; enfrente están los espurios y renegados, en el mismo rincón oscuro que Santa Anna e Iturbide. La noche del 15 de septiembre no se pinta tanto de verde, blanco y rojo como de blanco y negro.

Abajo del balcón desde el que cada político se inventa la prosapia más conveniente a su color de partido, los asistentes a las plazas públicas parecen más ocupados en comer platillos nacionales y esperar el momento en que puedan gritar, tal vez para deshacerse de un poco de la angustia que ocasiona estar en un barco siempre a la deriva; gobernado por capitanes que parecen más preocupados por su imagen en las estampitas de papelería que por hacernos gritar menos y reír más, desde que a Porfirio Díaz se le ocurrió que sería buena idea festejar la Independencia el mismo día que su cumpleaños.
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Y si eres la adjunta y googleaste mi artículo, sí, soy yo y no estoy fusilándome cosas de Internet para no tener que trabajar en las madrugadas.
Con todo y que ganas no me pinche faltan....

17 de septiembre de 2007

¿Cómo sabes cuándo el mundo musical que conociste ya valió madres?

Cuando Marilyn Manson da conciertos como los de Fernando Delgadillo....

Sí, es él.

Natalia Cano / El Universal
El Universal
Ciudad de México
Lunes 17 de septiembre de 2007

19:51 Marilyn Manson ha llegado a la ciudad de México, y se prepara para lo que será el reencuentro con sus admiradores, la noche de mañana y el miércoles, en el Vive Cuervo Salón (antes Salón 21), en lo que promete ser un par de conciertos muy íntimos y emotivos.

El excéntrico roquero llegó al Aeropuerto Internacional de la ciudad de México a las 23 horas del domingo, en medio de un amplio dispositivo de seguridad, y en completa calma se dirigió al hotel en el que se hospeda, ubicado en pleno Paseo de la Reforma.

El músico, quien ha manifestado públicamente su interés por la cultura mexicana y que actuará en King Shot(la película que constituye el gran regreso de Alejandro Jodorowsky (al cine) presentará mañana algunos de los cortes incluidos en su nuevo álbum.

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Así se verá Marilyn Manson en tres años:

La gente bella, la gente bella, nuestras hojas caen lentamente mi amoooor....
We're all stars now, in the love show!

Si así anda el pobre Manson, me preguntó que ha sido de mí desde los tiempos del Antichrist superstar. Soy más hereje, si eso me redime algo...

I solemnly swear I am up to no good. That's why i'm not posting.

12 de septiembre de 2007

Salud mental

Dicen: "No te preocupes, ocúpate". Eso me preocupa muchísimo.

He llegado al nivel metapreocupacional: la preocupación sobre el acto de preocuparse.

Entre mis preocupaciones está no subir cosas al blog. Una vez que logre dejar de preocuparme por preocuparme por no subir cosas al blog subiré un post donde las garrapatas, los tiranos, las zorras y el triste estado del Estado mexicano convivirán en una linda fábula. Que los correctores de estilo me quemen en leña verde.

Mientras, te dejo con una postura política que sí es mía: Televisa y TV Azteca son, en este momento, lacras peores para el país que el narcotráfico. Cuando te digan que las reformas políticas atentan contra la libertad de expresión, piensa, te darás cuenta que no tiene nada que ver. Ya ni siquiera se esmeran en elaborar sus mentiras. Las dicen y ya.

Abundaré en eso también, en cuanto deje de preocuparme.

3 de septiembre de 2007

¿Dónde está la intelectualidad izquierdosa?

Si el peje es el mesías tropical, Calderón sería el anticristo templado. Ni frío ni caliente, pero con las peores intenciones bajo una faceta mustia.
Lástima que la izquierda no tenga un Krauze, puro Pablo Gómez y Gónzalez Casanova. Como dice el profe Delhumeau, ya sabemos que el mundo está jodido y nosotros también, por eso qué hueva seguir discutiéndolo. ¿Viene usted a pedir trabajo? ¿Es crítico del sistema? Pase con los de sistemas, les encanta que los critiquen. Antonio Delhumeau dixit.

Sí, ya sé que la izquierda tiene sus Bartras y la derecha sus Carlos Marín. Este post faltó a la verdad para asumir una postura (temporal y falsa), provocar controversia y subir el rating. También que me chocaba la clase de Delhumeau, pero conforme pasa el tiempo, va quedando sólo lo bueno en mi memoria. Y me puso 10. !!

Y sí, Krauze es un patán de primera clase.