230 kilómetros por hora me costaron una gorra y me distrajeron de tantas montañas.
En Oaxaca y el DF es imposible no ver montañas a donde se voltee, por alguna razón creí que en Europa todo era plano y el horizonte cam... in... one... hundred... meters.... take the... left... exit. "¿Quién jugó con el GPS, por qué se tardó tanto en avisar, vueltAAAAA!" ZUUUUUM. "Pero no es GPS, es una señorita y le pusimos Pilarica."
"Va, pero pídele un estacionamiento, espera, derecha, intermitentes, ¡YA!"
"Pon los seguros y corre al monumento a los caídos, que el día es corto y el tour sobreagendado, por culpa de
alguien que perdió dos vuelos desde México llevamos dos días de retraso".
Verdún, gran batalla, Gran Guerra, muchos muertos acomodados en las cajitas del monumento. Lleve su amapola roja en honor a los soldados caídos, tome tres fotos y vámonos de nuevo que a este paso nunca llegaremos a lo realmente interesante.
Take the... next exit... and follow it for... hundreds of kilometers... "Aire de Verdun" "Aire d'Orly"
Lindo, pensar que todas las gasolinerias francesas viven de vender aire. Próxima salida, París.
Oh, será que al fin puedo ver... la.... ommm... oigan, ya pasamos la salida... esteeee...¿alguien? "Sí, a tu izquierda la torre, tómale foto o algo porque vamos a seguir derecho. Y anímate, estás en el periférico de París, que es como el de México pero más
chic".
En Epernay las botellas de Moët cuestan 6 euros. Las guías explican cómo se prepara la champaña, algo de gases y botellas y monjes ociosos de la edad media. Al final te dan tres copas, la última es rosada y todo se llena de burbujas, salud y
on the roundabout, take the... right... exit.
Reims. Primer encuentro con ruinas romanas, extático. Primera catedral gótica, me vengo. Las once de la noche y no es de noche, necesito una tlayuda. Sólo se consiguen pato y vino tinto. Regresan las burbujas. Buenas noches.
Desayuno: queso apestoso, jamón raro,
croissants crujientes, café cargadísimo y pan con Nutella. Ñam, ñam. Pilarica, cuya eficiencia ya me daba miedo, nos recitó otra vez la letanía de los
roundabouts y las
sharp lefts y las
next exits.
En Rouen, que todavía no puedo pronunciar, quemaron a Juana de Arco. Para conmemorar el evento, una ola de calor tan extrema que los viejitos se cocían por las noches. ¿Ñam? Un tal Flaubert vivía cerca de donde un tal Monet pintó cierta fachada un chingo de veces, pero lo único importante era que dentro de la catedral estaba fresquecito. Como la enorme fuente de mariscos y las angoullemes de pato que cené a las diez de la... tarde. Soleada tarde. Mi reloj biológico amando a San Bartolomé en tierra de hugonotes.
Bon nuit."Buenos días - ah no, a 42 grados los días no tienen nada de buenos-, vístete, corre, sube al auto, prende a Pilarica, escribe
Caen, no no,
Caen,
Caen!!: C-A-E-N, ponte el cinturón, quédate adelante para sentir un auto a 280 kilómetros por hora"...
right exit...
"Llegamos. Debo trabajar el resto del día, sigan dos cuadras hacia allá y llegarán a la estación de trenes, pidan boletos a Mont Saint-Michel, no, así no se dice, bueno, casi lo tienen,
bye".
"Bonyur, ommmm.... queremos truá boletos para.... ommm.... ¿Mont Saint Michel? [cinco minutos de señas después] que no llegan, que llegan al pueblo que está antes que se llama [lepupúlematóleguagua].
Ok, deme truá. Mercí".
Seis horas
seis de tren. Llegamos.
"Oigan, que el último tren a cómo-se-diga regresa en media hora".
...
"Oh, dios. ¿Alguien puede pronunciar el nombre del pueblo ése? El de la taquilla no tiene puta idea de a dónde vamos a pesar de los diez minutos de señas. Y como que ya se enojó. A ver, vamos de nuevo."
"¡CAEN, CAAAN, KEEN, CE A E ENE, CAAAAAAAN!"
"¿
Caen?"
"wi, Caaaan".
...
"Hola, cómo les fue. ¿Que no llegaron?"