28 de noviembre de 2012

Sobre las múltiples cabezas de la hidra

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El final de la historia sólo es referible en metáfora, ya que pasa en el reino de los cielos, donde no hay tiempo. Tal vez cabría decir que Felipe Calderón conversó con Dios y que Éste se interesa tan poco en diferencias políticas que lo tomó por Andrés Manuel. Ello, sin embargo, insinuaría una confusión de la mente divina. Más correcto es decir que en el paraíso, Felipe Calderón supo que para la insondable divinidad, él y Andrés Manuel López Obrador (el ortodoxo y el hereje, el aborrecedor y el aborrecido, el acusador y la víctima) formaban una sola persona.

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Este es el texto original. Perdón por faltarle al respeto, pero ps ya qué. Es fácil culpar de todo lo que pasó durante estos seis años a Felipe Calderón o a Andrés Manuel López Obrador, pero para mí siempre fueron dos caras de la misma moneda.

27 de noviembre de 2012

Hladík

Mi cuento favorito de Borges es El milagro secreto. Trata de un escritor al que, a punto de morir, Dios le regala un año con el tiempo detenido, para que termine su última obra.

Mi parte favorita es donde dice que el escritor:

No trabajó para la posteridad ni aun para Dios, de cuyas preferencias literarias poco sabía. Minucioso, inmóvil, secreto, urdió en el tiempo su alto laberinto invisible.

Me gusta, en primer lugar, porque es gracioso preguntarse cuánto podemos saber de las preferencias literarias de un ser por lo menos eterno y omnisciente. Pero también es una posible respuesta a ¿para qué se escribe?