1 de septiembre de 2010

Aegri insomnia

Me gustaría, a veces, que me diagnosticaran una enfermedad mental grave. Lo ideal sería una que haya crecido conmigo. Perdería automáticamente toda responsabilidad futura o retroactiva. Libertad por decreto del psiquiatra. Fiesta en mi casa, ahora.

Una parte de mí, que nunca regresó de ningún lado, siente que la vida no vale la pena si no se puede ver el mar todos los días. La parte que odia los horarios, el café de oficina, el metrobús, internet, a la gente, siente que todo está mal. Todos estamos mal y es muy obvio, pero es tan cliché que nadie lo dice. Nadie quiere sentirse mal dándose cuenta de que no hay salida y bla bla bla. Si es cliché, a lo mejor es porque todos lo saben.

Supongo que es idiota pensar en esas cosas (y lo es, como lo sería escribir de ellas cuando hay tantas playas y mujeres esperando un autor aburrido) y luego pienso que mañana o pasado o después todo tendrá sentido de la manera "te vas a reír de esto"; pero sin dejar de repetir todo el tiempo que no puede ser tan fácil, nada es tan fácil como irse a vivir a una isla vendiendo artesanías y ácidos, como si la gente civilizada no necesitara computadoras y pokemones.

¿O sí es tan fácil? Diooos, necesito dormir más.

2 comentarios:

Luis Frost dijo...

¿o... menos?

PaoValdivieso dijo...

YO TE PROPONGO ALGO TE INVITO UN CAFE O AL CINE QUE LA SIMILITUD DE TU ACTUAR ME MATA... BESOS